Zapatos de vestir dorados
El post de hoy sobre los zapatos dorados me recuerda que necesito obtener ideas de mis lectores para los temas del blog. Debido a mi formación y a lo que hago para ganarme la vida, doy por sentado lo que considero conocimiento común o es un tema bien tratado que no requiere un post dedicado a él. En el caso de qué ponerse con zapatos dorados, sin faltar al respeto a la persona que solicitó un post sobre esto, supuse que todo el mundo sabía que iban con todo.
No exagero cuando digo que se pueden llevar zapatos dorados con todo. Aprendí esto hace mucho tiempo mientras compraba en Zara. Me compré unas bailarinas doradas con un brillo increíble y pronto descubrí que no sólo combinaban con todo lo que tenía en el armario, sino que añadían el toque perfecto a mis looks más básicos. Aprendí que los zapatos metalizados eran como los tonos divertidos del mundo neutro. Así empezó mi historia de amor con los zapatos planos dorados, las sandalias, los tacones de cinco pulgadas y mucho más. Mis Tieks son dorados, tengo un par de mocasines plateados metalizados de Cole Haan (en la foto de abajo), he tenido mi buena ración de sandalias doradas de verano y suelo llevar tacones de tiras y zapatos de salón metalizados con looks formales.
Qué color de zapatos llevar con vestido negro y dorado
Los zapatos dorados son siempre una apuesta atrevida y llamativa. Combinarlos con un vestido liso y colores neutros, como el blanco, el negro o el marrón, pueden ser grandes ideas. Todos ellos combinan con zapatos dorados a la perfección y son ideales si no pretendes recargar un look.
Es un error pensar que sólo estas piezas se llevan con un traje de gala o de vestir. Se pueden utilizar con estilismos informales, para conseguir el toque perfecto que buscas para destacar. Unas bonitas deportivas, junto con unos vaqueros, serán sin duda una gran opción para el día a día.
Por otro lado, las prendas vaqueras, ya sean faldas, monos, chaquetas, incluso pantalones, quedarán genial con zapatos dorados y ayudarán a las chicas a conseguir su propia identidad con un toque de su personalidad. Además, si llevan denim podrán sentirse seguras en su combinación.
Los zapatos dorados combinados con tonos neutros son una gran opción. Una recomendación es usar blanco, beige e incluso marrón. A muchas les encanta el primer color ya que muchas veces las novias combinan su vestido con zapatos de tacón metalizados para lucir únicas.
Zapatos dorados para mujer
R: ¡Sí! No estoy segura de cómo surgió esta supuesta regla, pero llevo años incumpliéndola. Mezclar metales es el equivalente visual de mezclar sabores aparentemente aleatorios. Uno no pensaría que el chocolate y la sal marina, o el jamón york y el melón, serían sabrosos juntos y, sin embargo, lo son. Lo mismo ocurre con los tonos metálicos: la calidez del oro y la frialdad de la plata pueden combinarse de forma sorprendentemente agradable.
Imagínatelo: por fin has encontrado el par perfecto de botas con hebilla, pero los herrajes son plateados y la cadena de tu preciado bolso es dorada. ¿Dejas de lado las botas sólo por la hebilla? Yo creo que no. Compras las botas, las llevas con el bolso y te sientes segura. Así que, cuando se trata de detalles metálicos en accesorios o prendas de vestir (desde hebillas de cinturones hasta cierres de bolsos, botones de americanas o zapatos con abalorios), ¡no dudes en mezclar los metales!
En cuanto a las joyas, hay quien piensa que sólo puede llevar un metal u otro. Ya sabes, la creencia de “sólo soy una persona de oro”. Y aunque puedo apreciar que un metal puede parecer más favorecedor con el tono de piel, el color de ojos y el tono de pelo de alguien, he descubierto que lo que más importa es el tono del metal en cuestión y el equilibrio de los metales mezclados en una combinación general. Llevar sólo oro (o sólo plata) puede parecer que todo combina, en lugar de ser moderno, incluso cuando las piezas no son necesariamente un conjunto.
Zapatos de oro 2022
Recuerdo mis primeros mocasines. Bueno, no eran míos exactamente, eran de mi padre. Eran como zapatos náuticos, pero sin cordones y apropiados para la oficina. Me quedaba embobada cuando lustraba el par de cuero con una capa de betún, y lo miraba con envidia cuando se los ponía y salía por la puerta en cuestión de segundos, mientras yo tenía que andar a tientas con los cordones de las zapatillas o las hebillas de mis Mary Janes. No sería hasta más adelante cuando me pondría mis propios mocasines, pero el aprecio por las zapatillas con estilo ha perdurado hasta nuestros días.
Antes de nada, yo era una niña de los 90, no una preadolescente ni una adolescente, así que mientras mis hermanas mayores (ocho y trece años mayores que yo) llevaban mocasines de plataforma inspirados en Rachel Green con sus faldas de cuadros, yo llevaba zapatillas deportivas con luces. Por suerte para mí, los mocasines son uno de esos zapatos básicos que han resistido el paso del tiempo durante décadas. Las variaciones de este diseño clásico siguen entrando y saliendo de los armarios, y el chunky flat ha vuelto a lo grande.
A menudo, cuando hablamos de una tendencia, nos referimos a algo que se convertirá en la pieza clave de tu atuendo. Pero el calzado se basa en la funcionalidad, y los mocasines son el zapato básico y neutro por excelencia. Compra un par marrón, negro o beige y verás que puedes llevarlos con cualquier conjunto, sin importar el corte de tu dobladillo, la combinación de colores de tu look general o el nivel de formalidad.